viernes, 23 de noviembre de 2012

Se quieren, sí, se quieren


Mamá le pregunta a Sara mirándola a los ojos desde muy cerca queriéndola achuchar con las manos:
  • ¿Quién te quiere a ti? ¿Eh? ¿Quién te quiere?
Sara sabiendo de sobra la respuesta después de haber respondido a su madre más de mil veces dice sin dudar:
  • Papá, mamá y Cristina.


Pues sí son muchos los detalles que nos lo anuncian pero son tan especiales y distintos los momentos...

Sara y Cristina este año no van al mismo cole y se pasan gran parte del día sin verse, de 9 a 16h para ser exactos. Se despiden con un beso cariñoso que le da Sara a Cristina y ya hasta la tarde.

Los reencuentros son distintos, da gusto pararse a observar las reacciones de la una y la otra.

Cuando llego con Cristina a la puerta del cole de Sara, noto como se va poniendo nerviosa, quiere salirse de la silla y nombra a Sara con insistencia. No podemos entrar con el carro hasta la clase por el lío que se forma y a veces le toca esperar sentada en su silla, cuando nos ve aparecer se pone a saltar y a gritar y no para hasta que Sara corre a darle un beso y un abrazo ¡Hola, Cristina! ¿Cómo estás pequeña? Y entonces ya se calla y pinta una sonrisa en su cara durante mucho tiempo... A veces Sara le da la mano hasta casa y le va preguntando o contando cosas.

Otro día Cristina y yo vamos a casa de los abuelos después del cole, ella va callada y nota que no es el camino de siempre, no pregunta solo observa. En la casa nos sentamos a merendar ella parece distraída y sin apetito, está como esperando una señal, llaman a la puerta y al abrirse oye su voz, es Sara, y se le ilumina su cara. Y siempre lo mismo pero nunca igual. Sara da un beso a Cristi, después a los abuelos y se sienta para merendar, le preguntamos qué tal y qué quiere merendar pero parece no oírnos, en su cabeza le ha faltado un detalle, se levanta, se acerca a Cristina y le da otro beso, este quizá más consciente, más pausado, y, solo entonces, se vuelve a sentar y nos hace caso al resto.

Para Cristina, Sara siempre ha existido en su vida, igual que papá y mamá, son sus referentes de siempre. Por el contrario para Sara, ha habido un antes y un después del nacimiento de Cristina, y creo estar segura si digo que un después muy especial. La llegada de Cristina la viví con mucho miedo por intentar estar cerca de Sara y entender los nuevos sentimientos que ella iba a tener. Ahora veo que es un gusto tener hermanas, que nos acompañan y nos enseñan, que nos hacen entender qué es eso de compartir y nos ayudan a crecer como personas.



(Un beso Mayme, creo que yo también te he mirado alguna vez como lo hace Cris.)


No hay comentarios:

Publicar un comentario